La Robótica y Mecatrónica, son quizás de todas las ramas de la ingeniería, las que contemplan la mayor constelación de connotaciones pluridimensionales. Esto se debe a que sus estructuras, se conforman a partir de la relación simbiótica y sinérgica de las ramas basales de la ingeniería, dando espacio para una infinidad de aplicaciones, en una infinidad de áreas distintas.
La mecatrónica no es un área nueva de la ingeniería, sino una filosofía de diseño que busca mejorar la calidad de los productos y sistemas. En 1969, Tetsuro Mori, ingeniero de la empresa japonesa Yaskawa Electric Corporation, acuñó el término mecatrónica como un concepto para enfatizar la necesidad de la integración entre diferentes áreas de la ingeniería. En un principio, esta integración consistía sólo en las áreas de mecánica y electrónica. En 1971 se le otorga el derecho de marca a la empresa, y a partir de 1982, Yaskawa permite el libre uso del término.
La palabra mecatrónica ha sido definida de varias maneras, no obstante, un consenso común es describir a la mecatrónica como una disciplina integradora de las áreas de mecánica, electrónica e informática cuyo objetivo es proporcionar mejores productos, procesos y sistemas. De acuerdo con lo anterior se hace referencia a la definición de mecatrónica propuesta por Rietdijk en 1989 «Mecatrónica es la combinación sinérgica de la ingeniería mecánica de precisión, de la electrónica, del control automático y la ingeniería de sistemas, para el diseño de mejores productos y procesos».
Por su parte, la robótica lo que busca es la sustitución de la mano de obra humana, a partir de los fundamentos mecatrónicos.
Las ventajas del desarrollo e implementación de la robótica y mecatrónica, son evidentes; entre las más importantes, destacan: Mayor precisión y calidad sin cansancio, realización de tareas peligrosas, mayor velocidad, reducción de costos, además pueden proteger al humano e ir donde éste no puede. También cabe destacar que el desarrollo de la Robótica y Mecatrónica son unas de las áreas que generan mayor valor agregado a nivel mundial.
La dificultad del desarrollo de la Robótica y Mecatrónica, radica en que requieren de conocimiento hábil de las bases ingenieriles antes mencionadas. Por ejemplo, para poder hacer un artículo mecatrónico, como una “Impresora”, se requiere de conocimiento hábil, tanto de la “Informática” que generará la interfaz virtual “Hombre – Máquina”; de la “Mecánica”, que se deberá encargar del mecanismo de extracción y manipulación de las hojas y la tinta; de la “Electrónica”, que se encargará de automatizar los motores a partir de la información recogida de los encoder y de la digitalización del documento generado por la interfaz informática; del “Diseño” que se encargará de que todo lo anterior quede encapsulado en un elemento estética y ergonómicamente correcto , y como si fuera poco, de habilidades comerciales, para poder hacer de éste trabajo, un elemento económicamente sustentable.
Otro aspecto que es importante considerar, es que la Mecatrónica y Robótica requiere de un alto grado de creatividad, donde no basta con saber hacer las cosas, sino que también se debe tener la capacidad de llevarlas al mundo tangible. En este sentido, el trabajo en equipo se vuelve fundamental, y podríamos hablar de que el aprendizaje y desarrollo de la robótica y mecatrónica puede estar más ligada a la “Industria Creativa” que a la línea curricular normal de un ingeniero.
Por lo tanto, cabe hacerse la pregunta, ¿Existe actualmente algún plan académico capaz de abordar todos los temas antes mencionados? Sí y No. La respuesta es un tanto compleja. Iniciativas como las Memorias Multidisciplinarias de la Universidad Técnica Federico Santa María dan un importante paso en esta búsqueda, donde alumnos de diferentes carreras de ingeniería trabajan para dar soluciones a la industria, logrando desarrollar en los estudiantes, competencias transversales que impactarán en su vida profesional, no obstante, a este plan solo se puede acceder cuando el alumno está cursando su último año de pregrado, quedando rezagada la metodología de “aprendizaje de las ciencias” a partir de los trabajos colaborativos.
En la PUC, el Major en Sistemas Autónomos y Robóticos, contiene asignaturas como “Introducción a la Robótica” y “Fundamentos de la Robótica”, que sin duda le dan una riqueza al plan de estudios de Ingeniería. pero cabe preguntarse, ¿Estos planes de estudio, son el caldo de cultivo necesario para generar desarrolladores robóticos y mecatrónicos de alto nivel, como los japoneses o los norteamericanos?
Otra de las formas de poder generar este caldo de cultivo de desarrolladores robóticos de alto nivel, es a través de programas de magíster y doctorados, donde la profundización de los contenidos, sin duda, nos deja a profesionales en el más alto grado del saber humano, pero en desmedro de la cantidad; haciendo complejo un auge de innovación tecnológica debido a la falta de masa crítica, entonces nos surge la interrogante, ¿Son las universidades las que generan ese caldo de cultivo?
La historia nos dice que el desarrollo y alfabetización tecnológica sobre robótica, entre los estudiantes de ingeniería, nace a partir de un caldo de cultivo que crece junto a las universidades, pero que no necesariamente pertenece al currículum académico. Estas instancias son por lo general, actividades extracurriculares, promovidas por los mismos estudiantes, donde pueden profundizar los contenidos específicos, con libertad y en un ambiente de horizontalidad. Los conocimientos son transmitidos de boca en boca, se generan grupos de trabajo, se buscan entre ellos, y tienen una gran capacidad de resolver dudas y problemas relacionadas con la materia.
La horizontalidad en la forma de trabajar da pie para que aparezcan líderes de proyectos, que son capaces de convencer a otros estudiantes a que se integren a sus proyectos, logrando así una proliferación de talento en torno a la ciencia y tecnología. Innovación y Robótica Estudiantil en la UTFSM, La Resistencia, Ícaro y Auto Solar, en la PUC, son algunas evidencias empíricas de la capacidad de los estudiantes de ingeniería para auto organizarse y trabajar en sistemas organizacionales complejos, como los exigidos por la robótica y mecatrónica.
Fomentar la creación de estas comunidades es fundamental, ya que son el primer brote de emprendimiento futuro. La gran mayoría de las grandes innovaciones y emprendimiento han nacido de jóvenes inquietos, que no se conforman con lo aprendido en el aula, e intentan llevar un camino formativo más amplio del que puede dar un plan académico en específico. Sin creadores, no existe el emprendimiento, ergo, se debe fomentar la creación, y en paralelo, dirigirla para que termine en innovación.
Para fomentar la proliferación de creadores robóticos, debemos partir por acercar la robótica a la gente. Sin duda, se debe hacer un plan a nivel escolar, pero es trabajo de las universidades, lograr capitalizar esa alfabetización escolar, para transformarla en un huerto de creadores tecnológicos e innovadores. De esta manera, los estudiantes pasarán de ser “lectores de revistas de tecnología”, a ser “creadores de tecnología”, de nivel “Universitario Experto”.
Entendiendo la importancia del desarrollo de la robótica y los beneficios que esta genera, establecemos nuestro primer gran objetivo: “Fomentar el desarrollo de la Robótica”, e inmediatamente surge la interrogante, ¿Cómo podemos fomentar el desarrollo de la robótica en los jóvenes?
Esta no es una pregunta trivial, ya que como describimos anteriormente, la robótica es una relación simbiótica y sinérgica entre las distintas ramas de la ingeniería, y enseñar ese vasto conocimiento puede llevar un tiempo no menor. Entender la relación entre la mecánica, la electrónica y el código requiere de una madurez en los conocimientos ingenieriles, además, como señalamos anteriormente, no basta con saber cómo se hacen las cosas, sino que también se debe tener la capacidad de llevarlas al mundo tangible.
Pensando en cómo podemos responder esta pregunta, hemos realizado un cambio de variable, y hemos mirado el problema desde otro punto de vista.
Imaginemos por un momento que en vez fomentar el desarrollo de la robótica, debemos fomentar algún tipo de deporte entre los jóvenes, como por ejemplo el “Handball”. Que al igual que la robótica, genera muchos beneficios; entre ellos, el trabajo en equipo, habilidades motrices, vida sana, etc, y queremos fomentarlo en un grupo específico de estudiantes de un liceo.
Si enseñamos las reglas del handball, técnicamente los alumnos sabrían “cómo jugar”, pero no necesariamente lo “practicarían”, y análogamente podríamos decir que “saber hacer”, no significa necesariamente “llevar a cabo”. Posiblemente, la mejor manera de fomentar la práctica del handball es hacer un “Torneo de Handball” que se repita año tras año, donde la experiencia adquirida en una temporada, puede ser reutilizada en la temporada siguiente, generando un círculo aficionado al tema, creando comunidad que mantenga viva la competencia.
Hoy en día, gracias a los avances en las herramientas de prototipado electrónico, mecánico e informático, la Robótica al igual que el Handball, es más fácil hacerla que explicarla. Tanto es así, que han podido proliferar rápidamente los talleres de robótica de nivel escolar. Por lo tanto, y respondiendo a la pregunta, de cómo podemos fomentar el desarrollo de la Robótica, pues haciendo competencias robóticas.
Sin duda, las competencias robóticas son un buen ejemplo de fomento al desarrollo tecnológico. Estas competencias ayudan a difundir el desarrollo en esta área, siendo un gran espacio para la transferencia de conocimientos entre los distintos participantes, mejorando cada año el nivel de sofistificación de los robots, y de las comunidades del entorno.
Un buen ejercicio, es comparar el nivel de los robots y los competidores de la “All Japan Micromouse Contest” a través del tiempo. 37 años haciendo competencias robóticas, han generado que Japón sea uno de los países con mayor alfabetización en robótica del planeta. Cada año más de 450 de los mejores competidores del mundo se reúnen en Japón, para dar vida a este torneo.
En concordancia con el punto anterior, una de las experiencias más exitosas en la generación de masas y audiencias en torno a la robótica, es la “All Japan Micromouse Contest”. La competencia robótica vigente, más antigua y de mayor nivel en el mundo. Este torneo comenzó el año 1980, como una competencia local, de aficionados a la electrónica. Hoy este evento se ha transformado en un referente tecnológico indiscutido, donde desde desarrolladores robóticos profesionales hasta niños compiten, con un nivel de sofistificación cada vez más alto.
Desde el año 2016, Chile ha formalizado lazos de cooperación con la New Technology Foundation, entidad organizadora de la “All Japan Micromouse Contest”, a través de la Embajada de Chile en Japón, para realizar por primera vez en Latinoamérica un evento completamente homologado y en cooperación con la “All Japan Micromouse Contest”, y de esta manera transformar a Chile en un puente tecnológico entre los desarrolladores robóticos latinoamericanos y Japón.
Se espera que la participación de desarrolladores robóticos en esta competencia crezca cada año, proliferando jóvenes profesionales que en poco tiempo comenzarán a abarcar distintos puestos de trabajo, hasta llegar a la PyME, tecnologizando el corazón de la producción nacional.
Convirtiendo la robótica en un deporte 2.0, se espera generar la masa crítica de desarrolladores tecnológicos que sustentarán la evolución de la matriz productiva de Chile hacia el “Valor Agregado”, pavimentando el camino hacia el desarrollo.
Andrés Bercovich.
Presidente
Fundación Más Tecnología
Santiago, Chile, 2018.